En el año 2025, la Superintendencia de Transporte de Colombia dio un paso decisivo hacia la consolidación de una cultura ética en el sector con la expedición de la Resolución 14673 de 2025. Esta norma obliga a todas las empresas vigiladas por la entidad a implementar un Programa de Transparencia y Ética Empresarial (PTEE) antes del 18 de mayo de 2026. No se trata de un simple requisito administrativo, sino de un mecanismo estratégico para prevenir la corrupción, el soborno y las prácticas irregulares que históricamente han afectado la confianza en el sector transporte.
La Resolución 14673 se enmarca dentro de una visión más amplia del Gobierno Nacional por fortalecer los sistemas de integridad y cumplimiento en todos los sectores económicos. En concreto, complementa las disposiciones de la Ley 2195 de 2022, que introdujo medidas para la transparencia y la prevención de actos de corrupción tanto en el sector público como en el privado. De esta forma, el transporte deja de ser visto únicamente como una operación logística y pasa a ser reconocido como un espacio donde la ética y la buena gobernanza también deben tener protagonismo.
El contexto: un sector que necesita recuperar confianza
El transporte en Colombia mueve miles de millones de pesos cada año y tiene una alta interacción con entidades estatales, concesionarios y empresas privadas. Este ecosistema complejo lo convierte en un terreno fértil para la opacidad, los conflictos de interés o las malas prácticas administrativas. La Superintendencia de Transporte, consciente de esta realidad, decidió evolucionar del modelo de supervisión tradicional hacia un enfoque preventivo basado en la autorregulación.
El Programa de Transparencia y Ética Empresarial (PTEE) surge así como una herramienta para que las empresas no esperen a ser sancionadas, sino que desarrollen sistemas internos capaces de anticipar y evitar irregularidades. En otras palabras, la resolución busca trasladar el peso del cumplimiento hacia dentro de las organizaciones, fortaleciendo sus capacidades de control interno y fomentando una cultura corporativa basada en principios éticos sólidos.
¿Qué es el PTEE y cuál es su propósito real?
El PTEE es un programa estructurado que permite identificar, gestionar y mitigar riesgos relacionados con actos de corrupción, soborno o fraude dentro de una empresa. Más que un documento, debe convertirse en un sistema vivo, con políticas claras, responsables definidos y canales efectivos de comunicación y denuncia.
Entre sus componentes esenciales se incluyen el mapa de riesgos de corrupción, el código de ética, las políticas de prevención de soborno, los canales confidenciales de denuncia y los mecanismos de capacitación. Además, cada empresa debe implementar un sistema de monitoreo y mejora continua, garantizando que las acciones éticas se integren en los procesos cotidianos.
En el fondo, el propósito del PTEE no es solo cumplir con la ley. Es promover una transformación organizacional en la que los empleados, directivos y contratistas asuman la ética como parte de su trabajo diario. Esto incluye decisiones más transparentes, trato equitativo con proveedores y rechazo rotundo a cualquier práctica corrupta.
¿A quiénes aplica esta resolución y por qué?
La Resolución 14673 aplica a todas las personas jurídicas bajo inspección, vigilancia y control de la Superintendencia de Transporte. Esto abarca empresas de transporte terrestre de pasajeros y carga, terminales de transporte, centros de diagnóstico automotor, patios, grúas y concesionarios de peajes.
En la práctica, ninguna organización vigilada está exenta. Incluso las empresas medianas o pequeñas deben implementar su PTEE dentro de los plazos establecidos. Lo importante es que el programa se ajuste al tamaño, estructura y naturaleza de cada organización. Una empresa pequeña no necesita el mismo nivel de formalidad que una multinacional, pero sí debe demostrar controles mínimos y políticas activas de integridad.
Plazos y fases de implementación
La resolución establece que las empresas deben tener su PTEE implementado a más tardar el 18 de mayo de 2026. Esto implica no solo diseñarlo, sino también demostrar su funcionamiento mediante evidencias como reportes, capacitaciones, registros de denuncias y mecanismos de seguimiento.
Durante este periodo, las compañías deben atravesar varias fases: diagnóstico inicial de riesgos, diseño del programa, asignación de responsables, aprobación por la alta dirección, socialización con los empleados y, finalmente, la puesta en marcha y evaluación. Este proceso requiere liderazgo ético y compromiso institucional desde los niveles directivos.
Requisitos y contenido mínimo del PTEE
La resolución exige que la alta dirección asuma el liderazgo ético, garantizando los recursos humanos y financieros necesarios. Además, obliga a las empresas a desarrollar un mapa de riesgos donde se identifiquen los procesos más vulnerables y se definan controles específicos para mitigarlos.
Otro punto clave es el código de ética y conducta, que debe ser conocido por todo el personal y establecer principios, sanciones y protocolos de actuación. El canal de denuncias también es esencial: debe ser seguro, confidencial y permitir denuncias anónimas. Se requiere además un programa de formación permanente enfocado en sensibilizar a los miembros de la organización sobre la integridad empresarial.
Finalmente, se deben implementar mecanismos de auditoría interna y mejora continua, así como reportes ante la UIAF y la Secretaría de Transparencia de la Presidencia.
Sanciones y consecuencias del incumplimiento
Ignorar esta resolución puede tener consecuencias graves. La Superintendencia de Transporte está facultada para imponer multas económicas, procesos sancionatorios e incluso suspensión de operaciones. Pero más allá de lo legal, existe un riesgo reputacional considerable.
Una empresa que incumple normas de transparencia pierde credibilidad ante los entes de control y sus clientes. En un entorno donde la confianza es un valor comercial, la falta de un sistema de ética corporativa puede cerrar puertas en licitaciones y asociaciones. Implementar el PTEE no es solo una obligación: es una decisión estratégica para proteger la reputación.
Cómo poner en marcha el PTEE: del diagnóstico a la práctica
La implementación efectiva del PTEE inicia con un diagnóstico profundo de los procesos internos. Es fundamental identificar puntos de riesgo, como contrataciones o relaciones con entidades públicas. Con base en ese análisis se diseña un programa ajustado a la realidad del negocio.
Luego se debe designar un responsable o comité de ética que supervise la ejecución del programa, gestione denuncias y proponga mejoras. Posteriormente, se capacita al personal y se garantiza que el canal de denuncias funcione de manera efectiva.
La fase final implica monitorear, auditar y ajustar el PTEE de forma constante. Los riesgos evolucionan, por lo tanto, el programa también debe hacerlo. Una empresa ética no se define por un documento, sino por su capacidad de aprendizaje y adaptación continua.
De la norma al valor estratégico
Aunque el cumplimiento del PTEE pueda parecer una exigencia normativa más, representa una oportunidad estratégica para las empresas. Implementarlo no solo evita sanciones, sino que optimiza procesos y fortalece la cultura organizacional.
Una compañía con reputación ética atrae aliados más confiables, mejora su posición frente a inversionistas y aumenta la fidelidad de sus clientes. En tiempos donde la transparencia es una ventaja competitiva, el PTEE puede ser el punto de partida para una gestión moderna y responsable.
Formación clave para implementar el PTEE
La Resolución 14673 no solo exige cumplir con un marco normativo; también demanda profesionales con criterio técnico y formación en gestión de riesgos. En ese sentido, dos diplomados de UdeCataluña resultan especialmente útiles para quienes liderarán la implementación del PTEE:
Diplomado en Sistema Integral de Administración de Riesgos (SIAR)
Este programa ofrece una visión completa sobre cómo identificar, evaluar y controlar riesgos. Se basa en la norma ISO 31000:2018, combina teoría con talleres prácticos y enseña a integrar el PTEE dentro de un sistema de gestión más amplio. Ideal para quienes buscan fortalecer su perfil como auditores o responsables de cumplimiento.
Diplomado en SARLAFT (Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo)
Enfocado en la prevención de delitos financieros, este diplomado profundiza en la normativa nacional e internacional (como las directrices del GAFI) y en la aplicación del SAGRILAFT. Forma profesionales capaces de diseñar políticas, segmentar riesgos y operar como Oficiales de Cumplimiento en cualquier sector regulado.
Ambos programas son virtuales, con clases en vivo y acompañamiento académico, lo que permite aplicar los conocimientos directamente en los sistemas de cumplimiento y ética empresarial exigidos por la nueva resolución.
En UdeCataluña tenemos una amplia variedad de diplomados en relación al Big Data y el Análisis de datos, entre los más destacados están:
* Diplomado en Líder en Gerencia de Sistemas Integrados de Gestión HSEQ
* Diplomado en Gestión en Inocuidad de Alimentos
* Diplomado Ciberseguridad en Anticorrupción
* Diplomado en NIAS
Referencias
- Superintendencia de Transporte (2025). Resolución 14673 de 2025.
- Chalela Legal (2025). Implementación del PTEE en empresas del sector transporte.
- Amézquita & Asociados (2025). La Supertransporte refuerza su compromiso ético.
- Parservicios (2025). Guía práctica del PTEE y su cumplimiento normativo.
- Defencarga (2025). BuBuenas prácticas para la adopción del PTEE en empresas vigiladas.